Grutas San Jose Vald'uxo

 

La gruta se visita en un tranquilo paseo de barca, acompañados por un Guía-Barquero, navegando el río subterráneo, de más de tres kilómetros de longitud explorados de momento, recorriendo 800 metros en barca (zona azul) y 255 a pie (zona marrón).

Existen más de dos kilómetros, como mínimo, inaccesibles a los visitantes de momento (zona roja y más allá).

La visita tiene una duración aproximada de 40 minutos, con una temperatura constante de 20º durante todo el año.

Con sus 2.750 metros de recorrido actuales, representa la cavidad de mayor recorrido de la provincia de Castellón y la 2ª de la Comunidad Valenciana.

Es el río subterráneo navegable más largo de Europa,  pero a pesar de las múltiples visitas de espeleólogos, aún no se conoce el origen del río ni el final de la gruta.

Antes de los adelantos del siglo XX, importantes historiadores como J. Cavanilles, Sebastián Miñano, o Pascual Madoz, ya citaron en sus obras sobre geografía la existencia de esta gruta.

También se tuvo constancia de que la cavidad era conocida desde el Paleolítico Superior (hará unos 17.000 años), como lo demostraron los yacimientos arqueológicos encontrados en la boca de acceso junto a las pinturas rupestres del período Magdaleniense.

Incluso la proximidad de un poblado ibérico también indicaba que durante la época íbera la cueva fue conocida y explorada, al igual que durante la larga dominación romana, a la vista de una lápida encontrada dedicada a Caio Cneo Craso, hijo del cónsul romano Marco Licinio Craso.

Existen referencias del siglo XIX sobre la costumbre de concentrarse los vecinos alrededor de la fuente del paraje (“La Font de San Josep”), debido a la festividad de la “Festa de les Flors”, donde era habitual que los más atrevidos se adentrasen en la cueva.

Sin embargo, no fue hasta el año 1902, cuando se realizó la primera exploración conocida, alcanzándose la “Boca del Forn”, un estrecho paso que a través del pequeño espacio que dejaban las aguas en aquella época, macarba el límite de la parte accesible de la cueva.

Durante los siguientes años fue creciendo el interés por conocer con detalle la cueva, y en 1915 el historiador Carlos Sarthou Carreres realizó una exploración parcial.

En 1926, un grupo de vecinos superó la “Boca del Forn” y alcanzó el “Lago de Diana” (Llac Diana), encontrando como obstáculo insalvable la “Galería de los Sifones” (Galeria dels Sifons).

En 1929, fallece Herminio Arroyas Martinez, un vecino de la localidad al intentar superar la “Galería de los Sifones”.

En estos años comienzan las primeras tentativas de acondicionar la cueva para facilitar las visitas instalando pasarelas, y desde 1936 hasta 1950, se inician las obras de urbanización, con el dragado y construcción de una presa, por lo que ya en 1950, “La Boca de Forn” deja de ser el límite del recorrido, y mediante barrenos se agranda hasta permitir el paso de las barcas.

La primera exploración realizada por un grupo de espeleólogos se realizó en 1954, por parte del Centro Excursionista de Valencia, y en 1958 dicho grupo confecciona el primer plano topográfico de la cueva.

En 1960 se comprueba la continuidad de la cueva al superar Joaquín Saludes, del Centro de Investigaciones y Actividades Subacuáticas de Valencia, la “Galería de los Sifones”.

Las voladuras con dinamita permiten abrir este paso en 1961, quedando descubierto el “Estanque Azul” y el resto de las galerías que constituyen el recorrido actual, descubriéndose también la “Galería Seca”.

En los años sucesivos (de 1971 a 1975), diversas expediciones de espeleólogos de Castellón y escafandristas de Barcelona, acabarán por descubrir nuevas galerías y sifones, tras llegar hasta el final conocido de la gruta, alcanzando los 2.348 metros de longitud.

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