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El Puig Campana es un referente en el horizonte y domina la comarca de la Marina Baixa. Se encuentra en el término municipal de Finestrat. El Puig Campana, con sus 1408 metros de altitud, es el segundo pico en la provincia de Alicante.

Las condiciones orográficas y su perfil característico y visible desde muchos puntos de la provincia la convierten en una montaña singular y muy querida por los habitantes de la comarca.

Los incendios han afectado a sus alrededores en las últimas décadas y han destruido su vegetación arbórea en gran parte del territorio, sin embargo, el paraje sigue siendo muy bonito y las vistas que ofrece son espectaculares.

Inicio de la ruta

 

Dejamos el coche en el parking de Font del Molí y empezamos por la ruta tradicional, tomando el desvío a la izquierda desde el cartel con la información sobre la ruta. Nos esperan 4,5 kilómetros de subida suave, siguiendo la PR-CV-289 hasta el collado de Pouet, desde el cual empezaba la ascensión a Puig Campana.

La primera parte no es muy exigente, empieza bajo la sombra de los árboles con el majestuoso pico asomándose sobre las montañas.

El paseo por la senda, aún protegida del sol por la cadena montañosa, transcurre con la mirada en el paisaje verde en el horizonte, salpicado de flores bajo los pies. En estos 4 kilómetros subimos unos 500 m de desnivel.

Desde el collado de Pouet quedan 2 kilómetros con casi 500 m de desnivel a salvar para llegar a la cima. En el primer km nos espera 150 m de desnivel y en los últimos el restante de 900 m. En el camino hacia arriba hay varios pasos con cuerdas para facilitar la ascensión. Una vez superada la cuesta rocosa y empinada, salimos a un prado, un sitio ideal para tomar un descanso. 

Ahora desde aquí tenemos que tomar la dirección que dice “Puig Campana”. Y ya no queda casi nada hasta la cima, solo las vistas preciosas de la costa y una brisa marina que trae el aroma a sal.

La cima ofrece unas preciosas vistas hacia Benidorm. Para la vuelta se baja por el mismo camino por el que se había subido. Mucha precaución en los tramos más empinados e irregulares. Hay un desvío durante la bajada, al acabarse la pedrera, «El Nevero«.

Si tienes tiempo, visítalo. Es el antiguo nevero donde guardaban hielo en verano. Desde la Edad Media es uno de los bienes más preciados. Y se utilizaba tanto para curar como para disfrutar de la vida. 

Después de una pequeña subida, todo lo demás es la bajada. Por el camino encontrarás algunas curiosidades para ver. Primero, la fuente de la Solsida, o los árboles que trepan las rocas.

También encontrarás una cueva para curiosear. No se puede entrar dentro, pero el entorno es muy auténtico. Parece que te has vuelto a la prehistoria.

El tramo final transcurre por el bosque donde se puede descansar del calor y de los rayos del sol omnipresente en los últimos kilómetros. En cuanto salgas entre las casas, te queda 1 km para llegar a la fuente del Molí.