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Unas playas espectaculares y un centro urbano gótico amurallado único lo encontramos en Moraira-Teulada. Y no se puede mencionar a Moraira sin nombrar también a Teulada, el primero es la pedanía del segundo. Teulada-Moraira, un flechazo mediterráneo, en la comarca de la Marina Alta donde la naturaleza y la historia se dan la mano. 

Moraira tiene todos los ingredientes para ofrecer unos días de auténtico descanso, llenos de planes culturales y en pleno contacto con una naturaleza sorprendentemente verde y virgen. 

A finales del XIX Teulada era un pueblecito agrícola que comercializaba sus excedentes a través del cercano puerto natural, Moraira. Al principio, también fue una zona de vigilancia para evitar las incursiones de piratas por el litoral, con la torre del Castillo de Moraira o de la Mar como baluarte defensivo. Con el tiempo, los pescadores teulinos iban construyendo pequeñas casetas para almacenar sus aparejos cerca del mar. Con los años, esas primitivas edificaciones se transformaron en las casas familiares de estos trabajadores, y décadas más tarde derivaron en el importante centro turístico costero que hoy conocemos.

En la actualidad, Moraira ofrece a los amantes del mar un total de seis playas y calas que enamoran a simple vista. La Playa del Portet, una cala de 300 metros cuadrados de arena, resguardada por la península del Cap d’Or, y con forma de concha, ofrece aguas tranquilas, poco profundas y cristalinas a resguardo de miradas curiosas.

Es además el punto de partida ideal para los más aventureros, pues desde sus arenas finas puede iniciarse la escalada hasta la torre vigía del cabo, que forma parte de la Red de Microreservas de Flora de la Comunidad Valenciana o un pequeño paseo marítimo con esas vistas de un mar azul eléctrico que brilla y al Peñón de Ifach. 

Hay dos playas de arena más, L’Ampolla, la más cercana al centro urbano, y Les Platgetes. El resto son de piedras, pero nada que unos escarpines o cangrejeras no puedan solucionar.

Para familias con niños pequeños, que buscan servicios y comodidad, lo ideal es acudir a la Playa de L’Ampolla, a los pies del Castillo de Moraira. Es la más concurrida, pero también la más amplia y la que cuenta con amplios servicios en verano: sillas anfibias para discapacitados, socorrismo, vigilancia, pasarelas, baños, parque infantil, restaurante, etc.

Y justo en frente de la playa está La Marjal del Senillar, un humedal costero con lagunas, riberas y dunas. Esta pequeña albufera fue declarada Reserva de Fauna Silvestre en 2004: allí podrás encontrar animales y plantas en peligro de extinción como el colorido pez fartet. 

En El Portet puedes practicar esnórquel, paddle surf o kayak y en Cala Portitxol o L’Andragó, buceo o pesca. Las más alejadas del pueblo, Cala Llebeig o Cap Blanc también son muy recomendables, aunque tendrás que llegar caminando a través de senderos o por el mar.

Las rutas de senderismo, como la que llega hasta su Torre Vigía del Cap d’Or, una de las claves de su patrimonio arquitectónico, con vistas a la bahía, al Peñón de Ifach e incluso a la costa de Ibiza, son otra buena forma de descubrir su litoral.

El castillo de Moraira, del siglo XVIII, con finalidad defensiva y de vigilancia, domina la playa de l’Ampolla. Tiene una característica planta de “pezuña de buey”, con fachada semicircular orientada hacia el sur y una única puerta en su parte norte, sobre la cual se encuentra el escudo de los borbones (en el que consta la fecha de finalización, 1742), por donde se accedía antiguamente cruzando un foso y un puente levadizo una vez sobrepasadas las tenazas de protección.

En Moraira también encontrarás otros lugares de interés ambiental, como la Cova de les Rates. En realidad, además de ser el hábitat de cría y reproducción de murciélagos (es uno de sus refugios más importantes) es desde 2004, una reserva de fauna silvestre. A la cueva, situada en esa península que es Cap d’Or, solo se accede desde el mar.

Dicen los expertos que hay que evitar la entrada entre abril y agosto, porque es el periodo de reproducción de estas especies. O la Vall de les Sorts, un valle agrícola destinado a la vid protegido por su alto valor paisajístico.

De vuelta al pueblo, el conjunto histórico de la Teulada gótica amurallada, declarada Bien de Interés Cultural, también merece una visita.

El producto más prestigioso y consolidado de la zona es el vino moscatel. Teulada le rinde homenaje cada año al final del verano con catas de bebidas derivadas del moscatel, la vendimia de la uva, la elaboración del vino al estilo tradicional.