Primer aniversario del incendio en Campanar
Todo empezó después de las cinco y media de la tarde del 22 de octubre del año pasado, en una vivienda de la octava planta del bloque de catorce alturas situado en la glorieta donde confluyen las calles General Avilés y Maestro Rodrigo.
Rápidamente se propagó el fuego y en solo media hora las llamas habían afectado a las 138 viviendas de todo el complejo residencial.
Muchos vecinos pudieron salir del inmueble, pero por desgracia hubo que lamentar 10 fallecidos.
Después de un año, las víctimas del incendio hacen balance de la tragedia
La mayoría no ha olvidado lo ocurrido, pero ha aprendido a convivir con el recuerdo. Tuvieron que renacer desde las Cenizas y aprender lecciones cuando han perdido todo.
Nadie pensaba que va a perder todo en cuestión de minutos. Nadie se despierta pensando: “hoy es el día en que mi hogar, mi seguridad y mis recuerdos se convertirán en cenizas.” Pero cuando pasa, aprendes cosas que nunca hubieras imaginado. Algunas lecciones llegan de golpe, otras se van revelando con el tiempo, pero todas te cambian por completo.»
La vida siempre te empuja a evolucionar y adaptarse es la única opción.
El incendio enseñó a mucha gente algo que nunca imaginaban: que la vida puede cambiar en un segundo, pero tú decides cómo responder a ese cambio. La gratitud es la llave para transformar cualquier experiencia y la vida es ahora (y siempre lo ha sido).
Unos que han hecho un largo viaje emocional, empezando en una situación que no habían vivido jamás, sorprendiéndose de ser tan resiliente, para después tener bajones grandes. Más adelante tenían la voluntad de reorganizar su vida y, a partir de ahí, pasaban por una etapa de optimismo.
Las víctimas se vieron enfrentadas a una vida en una maleta. La mayoría no tuvo la opción como “Qué llevarías si tuvieras que elegir”, demasiado rápido transcurrió la tragedia.
Y lo que nos lleva a la pregunta, que hacemos cuando tu casa ya no está, y que es el verdadero significado de un hogar. El hogar, tu hogar es el sitio donde transcurre tu vida, tu espacio íntimo protegido donde te sientes seguro y libre.
Otra pregunta que se hacen muchas víctimas es, que es lo que he perdido y que he ganado. Seguramente la balanza se decanta mayoritariamente por las pérdidas, pero algo positivo quedará para la memoria.
Muchos siguen teniendo pesadillas, por ejemplo, bajando por las escaleras con el humo detrás. Son en el mismo edificio, en otro distinto o incluso dentro de un coche. Siempre es la misma sensación de humo y huida. El miedo les sigue metido en el cuerpo.
El Ayuntamiento de València albergaba a 99 familias en el edificio de viviendas públicas de Safranar, las cuales fueron dejando atrás el recurso a medida que iban encontrando acomodo con familiares o en pisos de alquiler costeados con la ayuda de la Generalitat.
Algunos se mudaron a pueblos del área metropolitana y muchos se quedaron en Campanar.
Paralelamente, propietarios e inquilinos han mantenido un pulso en los juzgados normalmente decantado del lado de los primeros. Los inquilinos pleitearon para intentar parar el desescombro, acceder a las viviendas y recuperar los pocos enseres personales que habían sobrevivido al fuego.
Desde fotos hasta contraseñas de criptomonedas. Sin embargo, el juez rechazó adoptar la medida cautelar esgrimiendo los mismos argumentos que la acusación pública y los dueños: que destruidas las viviendas se extingue la relación inquilino-propietario.
Ahora, estos mismos inquilinos están en otra batalla: «Nosotros no tenemos el edificio ni tenemos nada dentro. Pero estamos sorprendidos de que se hable tanto de la fachada cerámica del bloque y no se vaya al tema principal, que es la causa del incendio, aún abierta por lo penal.
Queremos que el juez pida un informe sobre el mantenimiento de la fachada», dice Nancy Khawam, portavoz de Ardic. «La finca se construyó según la normativa y la teníamos perfectamente en orden», atajan los propietarios asociados en Aproicam.
Toda su ilusión está depositada en la reconstrucción del edificio sin modificaciones y respetando la distribución de las viviendas. La aseguradora del edificio cubrirá la práctica totalidad del edificio, que ha valorado en 27 millones de euros, y los propietarios cobrarán sus respectivas pólizas para rehacer sus hogares, previsto para el año 2026.