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Los Rolling Stones en Berna

 

17 de junio en el Estadio Wankdorf

 

Cuando llegan los Stones, la ciudad se vuelve loca y reina el estado de emergencia. 

No siempre fue así. En 1973, después de ciertas dudas, algunos reporteros se animaron a ver el concierto de los Stones en el antiguo Festival Hall para rellenar la sección de las noticias locales de sus periódicos, sobre la banda que en 1968 había encendido la mecha de la revuelta juvenil en Zurich.

Hoy vienen en un avión privado, en aquella época, venían en un vuelo regular y desde Zurich en tren a Berna.

En la estación de tren, les recogía un autobús VW. Excepto Keith Richards, que perdió el avión y llegó a Berna con su Ferrari poco antes del inicio del concierto. 

En el Hotel Bellevue, donde se alojaron, los Stones se abalanzaron sobre un buffet de banquete. Sin embargo, la comida no estaba destinada a los Stones, sino a una recepción diplomática.

El director descontento los envió al Bar Bronx en la Spitalgasse. Tan pronto como estaban en el bar, el champán y la cocaína llegaron a la mesa y los Stones pasaron una tarde de lo más salvaje en el bar.  

Entre los conciertos hacían turismo de lo más habitual. Los Stones fueron conducidos en el autobús VW por todo el Emmental.

En la quesería Schlattacker en Walkringen BE, se les presentaron los secretos de la fabricación de queso, y en el restaurante Zum Bad en Enggistein, disfrutaron de un plato de merienda.

Para el 60. aniversario, la banda quiere inspirar a sus fans no solo con los clásicos, sino también con algunas sorpresas. Además, al público le espera una producción espectacular, que incluye un gran escenario, un moderno espectáculo de luces y grandiosos diseños de video.

 

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